sábado, 8 de diciembre de 2012

La Dame des Hospitaleurs

"Y cómo era su piel?
Blanca, como la pálida luna.
Y cómo eran sus cabellos?
Dorados, como las arenas del desierto.
Y cómo eran sus ojos?
Azules como las flores de heliotropo.
Y cómo eran sus labios?
Rojos, como sus benditas lágrimas."
(Fragmento de una cancion popular: "La Dame des Hospitaleurs")

Ayesha escapó de Constantinopla sóla junto con una caja negra bellamente tallada en la que viajaba el casco de Wigostos, el collar de barro y poco mas. Sir Gavin, caballero templario, la encontró vagando por los caminos de Siria arrastrando la pesada caja. Su aspecto era deplorable: el vestido casi convertido en andrajos, cubierta de polvo y sangre seca, las mejillas hundidas, los ojos enfebrecidos con una chispa de locura asomando en la desesperación de su mirada. Impelida a seguir adelante, huyendo de lo que fuera que había dejado atrás, la airada voz y las hirientes palabras de un hombre que no pudo perdonarla. Apenas sin voz después de meses de soledad, sin hablar con nadie por temor  a que su acento la delatase. Pero a pesar de su lamentable aspecto, Sir Gavin la reconoció como la dama que había defendido a su Príncipe, y por ello le ofrecióp su ayuda. La llevó con él hasta Krak des Chevaliers donde su belleza y melancolía hicieron mella en el ánimo de los caballeros que la acogieron a su cuidado. Ayesha sufría. Atrás había dejado a Sraemus, pero las últimas palabras del Tzimisce habían sido para maldecirla.
En el castillo, dedicaba la mayor parte del tiempo a orar y a meditar, sin salir a penas de sus habitaciones. Cuando caía la noche se la veía vagando por los pasillos del castillo, y en las noches de luna llena, su figura, siempre vestida de blanco y son sus dorados cabellos como un brillante manto dorado, semejaba una prístina aparición bajo los rayos del astro nocturno. "Un ángel", decían algunos.
Se dedicó también a ofrecer ayuda y consuelo a los heridos que llegaban al castillo. Su sola presencia aliviaba los corazones de los moribundos que abandonaban este mundo con una sonrisa en sus labios.
Cierta noche trajeron entre los heridos a un caballero alto, bien parecido, de piel muy blanca, de cabello negro, largo y ligeramente ondulado, con los ojos de un extraño color dorado. Ayesha estuvo cuidándole durante noches, pero finalmente, los monjes que atendían a los enfermos desahuciaron al desdichado caballero. Ayesha pasó toda la noche rezando junto al lecho del moribundo. Su terrible destino abrumaba de tal manera a la dama que comenzó a llorar lágrimas de sangre. Aún en su agonía, el asombrado caballero, alargando su mano rozó con sus dedos el rojo líquido, conmovido por el dolor de la hermosa dama que lo había velado con tanto amor, se los llevó a los labios para besarlos y caer en la inconsciencia. Al día siguiente los asombrados enfermeros no podían creer lo que veían sus ojos, el moribundo seguía vivo y sus heridas se habían curado.
La dama intentó en vano restar importancia a su intervención, adjudicando el mérito a Nuestro Señor y a la Fe del joven caballero. Pero pronto se extendió el rumor de que en Krak des Chevaliers había un ángel que cuidaba de los caballeros que caían en combate en Tierra Santa.
Una increíble avalancha de heridos comenzó a llegar a la fortaleza. Ayesha brindaba sus lágrimas a todos aquellos que lo necesitaran. Los monjes que cuidaban a los heridos recogían las lágrimas y las distribuían entre los mas graves con la bendición de Dios.
Mientras tanto, el "ángel" se consumía de melancolía. Una noche, después de ofrendar su dolor por los heridos sufrió un desmayo. Sir Gavin en persona la tomó en sus brazos y la llevó a sus aposentos en lo mas profundo de la fortaleza.
Una vez a solas le recriminó el abandono que había hecho de su persona:
- Mi señora, si no os alimentáis entraréis en letargo, o tal vez peor, en frenesí y acabaréis matando a alguien.
- El Letargo. Estoy tan cansada. Sería agradable poder descansar, dormir, quizás para siempre.
La dejó acostada en el sencillo lecho y abandonó la habitación con gesto preocupado. A la noche siguiente, cuando fueron a despertarla, la encontraron fría e inmóvil sobre el lecho. Aturdidos, llamaron a Sir Gavin. Cuando entró en la habitación, había una sombra de compasión en su mirada.
Construyeron para ella un sarcófago de claro cristal para que los que llegaban hasta allí pudieran contemplar el ángel.
No pudo la muerte alterar su hermosura y quiso la Gracia de Dios conservar su cuerpo incorrupto a través de los años. Cuando, finalemente, los infieles tomaron de nuevo Tierra Santa y con ella la fortaleza, sir Gavin y unos pocos y escogidos caballeros ocultaron el cuerpo de la Madona de los Hospitalarios, como ya se la conocía.
Los infieles removieron cielo y tierra en su busca, pero no consiguieron encontrarla. Amparada por la Fe de sus anfitriones continúa esperando la resurrección del cuerpo y del alma.

lunes, 13 de agosto de 2012

Elixir Priapus - Crónicas de Kelmor


Dural estaba inquieto. No podía dormir. Cada sonido, cada aroma, el tacto de las sábanas, todo le recordaba las apasionadas noches pasadas con Ainize. Cada vez que cerraba los ojos podía verla desnuda bajo él, a su lado, encima de él, en la cama, en el bosque, junto al río, en el establo, cada gesto, cada gemido, todo, TODO, absolutamente todo le recordaba esos momentos pasados con ella, absolutamente todos los momentos. Tenía calor, sudaba, jadeaba... qué demonios le pasaba? Ni siquiera cuando volvió a casa tras cinco años de ausencia había sentido una necesidad tan urgente¡ Cinco años sin verla, cinco años sin sentir sus besos, sus caricias, su piel, su cabellos, sus labios, sus dedos recorriendo su cuerpo, su blanco cuerpo que tan bien conocía, cinco años sin... Basta¡
Trató de calmarse un poco. Había tomado una decisión, visitaría a Ainize, pero debía calmarse un poco, no debía aparecer en sus aposentos como un animal en celo. Debía despejar un poco su mente, debía tener cuidado, ahora más que nunca, ahora que su secreto ya no era tal.
Salió sigilosamente de su habitación y se dirigió a la de  Ainize. El pasillo estaba vigilado, que extraño¡ Volvió sobre sus pasos y tomó un pasillo lateral, después de unas cuantas vueltas más, llegó al otro extremo del pasillo. También vigilado¡ Maldita sea¡ Dio la vuelta y salió al patio interior casi a la carrera. Desde el jardín podía adivinar la ventana de la habitación de Ainize.  Salió de las sombras del jardín para trepar hasta la ventana cuando un ligero movimiento a su derecha lo alertó.
Un par de guardias venían por el sendero que rodeaba el jardín y que pasaba bajo la ventana de  Ainize. Esperó a que se alejaran, pero se quedaron bajo la ventana. Es que acaso había una conspiración? Igraine¡ Su nombre acudió a su mente junto con su imagen aquella mañana junto al lago. La había abofeteado. Había deseado hacerle daño. Como ella se lo había hecho a Ainize y a él. Por qué aquella maldita chiquilla tenía que meterse en su vida?
Furioso  decidió regresar a su habitación, cuando los guardias se movieron y continuaron la ronda por el jardín. Se quedó quieto, aguantando la respiración. Tal vez eran paranoias suyas, tal vez aquellas rondas no se debieran a la indiscreción de Igraine aquella mañana a su padre.
Rápidamente, en cuanto los guardias se perdieron tras el recodo del sendero, trepó ágilmente por la enredadera que cubría aquella pared. Inconscientemente, su mente de guerrero tomó nota de que habría que hacer podar o cortar aquella enredadera que tan fácilmente daba acceso a las habitaciones del castillo.
Entró en la habitación oscura y sin hacer ruido, moviéndose con seguridad, llegó hasta el lecho de Ainize y se introdujo en él. Ainize no estaba sola, su madre dormía junto a ella en el pequeño lecho. Por pura suerte la débil luz de la luna creciente había iluminado brevemente un rostro que no era el de su querida Ainize.
Rápidamente regresó a sus aposentos, frustrado. Nada más abrir la puerta se quedó parado. Allí, sobre su lecho estaba lgraine, sentada sobre la cama, sujetando con sus brazos y piernas la almohada, la cabeza apoyada sobre ella, mirando el fuego del hogar, ligeramente ladeada hacia la puerta de entrada. Estaba tan absorta mirando las llamas que no se dio cuenta de la llegada de Dural, de forma que él pudo detenerse por unos instantes a observarla. Como ya era habitual en ella, llevaba tan solo el fino camisón de lino blanco que resaltaba el fuego de sus cabellos, brillantes en ese momento por el resplandor del hogar. La barbilla apoyada sobre la almohada, los labios fruncidos en un gracioso mohin, las piernas, desnudas, rodeando la almohada, como si fuera un caballo o... Basta¡
Carraspeó suavemente e Igraine se volvió de inmediato hacia la puerta.
Dural, no te he oído llegar —dejó la almohada en la cabecera de la cama y se acercó a él rodeando la cama y pasando frente al hogar. Su camisón se hizo translúcido un instante y expuso sus contornos juveniles a los ojos de Dural. Conforme se acercaba, el rostro de lgraine adquiría una expresión preocupada.
Estás bien, Dural? -se acercó a él y cogió su rostro entre sus manos—. Tienes fiebre?
Dural solo podía mirarla... Igraine se puso de puntillas y acercó sus labios ala frente de Dural
—Creo que tienes fiebre, estás ardiendo —dijo mirándole con expresión preocupada.
Dural solo podía mirarla... “Aquellos labios, carnosos y suaves, entreabiertos mientras le observaba con seriedad, realmente preocupada... “Aquellos labios que aún no habían sido besados...” Dural frunció el ceño levemente “Cómo demonios sabía él eso?” Porque no dudaba en absoluto de que era cierto, que nunca habían sido besados. a
Igraine observó el ceño fruncido de Dural y malinterpretó su significado.
—Lo siento, ya estoy de nuevo metiéndome donde no me llaman —agachó la cabeza con sumisión. Inútil gesto en tan orgullosa cabeza. Dural cerró la puerta a sus espaldas.
-Qué... —-se aclaró la garganta que de repente se le había quedado seca-. Qué quieres?
-No podía dormir —dijo Igraine en un murmullo. Y luego continuó.- Siento mucho lo ocurrido. No sé si me crees, pero lo siento de verdad. Necesitaba decírtelo. Yo no... no le dije a tu padre quien era tu... amante. Tal vez... Levantó el rostro hacia Dural y le miró implorante mientras le cogía las manos y las estrechaba contra su pecho. -Por favor, Dural, perdóname, por favor -suplicaba con un ligero brillo en los ojos.
Dural solo podía mirar sus manos, atrapadas entre las de ella, sintiendo la calidez y suavidad de la piel de su pecho. Sintiendo, como una descarga, el tacto, ligero, apenas un roce de los pezones de sus pechos... “Unos pechos que no han sido acariciados...” Dural sacudió la cabeza confundido y preocupado. “De dónde salía aquella voz?”
-Sé que he hecho mucho daño, pero, no quiero volver a casa sin que me perdones, por favor, solo una palabra, aunque no sea cierta, solo una palabra y me marcharé para siempre de tu vida —Igraine rodeó con sus brazos a Dural estrechándolo contra si fuertemente, con desesperación—. Por favor, Dural, por favor, perdóname¡
Dural, casi involuntariamente, rodeó con sus brazos a Igraine tratando de mantenerla alejada de su deseo, aspirando el aroma de naranjos y jazmín, limón y cilantro que la rodeaba como un aura. Por unos instantes cerró los ojos y recordó las noches pasadas junto a los fuegos de campamento en los oasis de la Puerta del Desierto Blanco.
Recordó las rojas arenas, los farallones de roca “de las mismas tonalidades rojizas que los cabellos de Igraine”, la fresca hierba debajo de las palmeras, “verde como los ojos de Igraine”. Podía sentir su cuerpo cálido y tembloroso entre sus brazos “un cuerpo que no conoce el tacto de otras manos” sujentándola firmemente contra su costado podía sentir sus muslos sobre su pierna “unos muslos que no han sido separados...” Como por voluntad propia, las manos de Dural se movieron suavemente sobre Igraine, acariciando sus cabellos suavemente, dejando que sus manos bajaran un poco más con cada caricia, murmurando palabras sin sentido en un tono tranquilizador. Poco a poco se fueron calmando sus temblores y sollozos. Poco a poco, las manos de Dural ya habían llegado a las nalgas de Igraine, último territorio cubierto por sus cabellos. Igraine levantó el rostro para mirar a Dural, entre aliviada y sorprendida por la actitud de él. Dural brajó su mirada y se encontrón con aquellos labios entreabiertos “...que exhalaban el aroma dulce de la fruta en sazón“ Unos labios que de repente se convirtieron en todo su mundo, nada había más importante que aquellos labios, nada más perfecto, nada más dulce, nada más...

domingo, 22 de julio de 2012

VECINAS

Al otro lado de la calle, frente a mi balcón, unos pisos mas abajo, hay una terraza que en verano se anima con las risas y juegos de Nerea y su yaya Puri. Es encantador verlas jugar, hablar y discutir. Es encantador oir a Nerea llamar "cariño" a su yaya, tal y como su yaya la llama a ella. Nerea tiene una suerte increíble, su yaya es fantástica. Juega con ella y le enseña. Cuando digo que juega con ella no me refiero a lo que habitualmente hacen los adultos con los niños. Yaya Puri se convierte en una niña mas, como su nieta y se transforma en lo que Nerea quiere: un hijito, un príncipe o una princesa, una señora, una reina malvada... Es fantástico oír a estas dos jugando. Me hacen echar de menos a mi yaya. Qué haríamos sin yayas?

lunes, 2 de julio de 2012

A ver, como empezar esto. Tengo la cabeza hecha un barullo con tantas cosas que quisiera expresar. Acabo de ver un vídeo de El Gran Wyoming hablando sobre la crisis y los sinvergüenzas que nos administran. En el Facebook la gente no para de hablar y colgar fotos sobre el incendio de la provincia de Valencia, la crisis que vivimos y el fútbol. Todo se mezcla. Se critica que los aficionados celebren la victoria mientras los bosques arden y los bomberos trabajan sin que se reconozca su heroísmo ni se les pague las sumas que cobran los futbolistas. Si expresas tu alegría por la victoria te tildan de superficial y de esconder la cabeza ante el panorama actual. Y, sigo yo, no se puede estar concienciado y celebrar el acontecimiento futbolístico?
Cada vez que oigo hablar de lo mal que está todo, de lo sinvergüenzas que son los políticos, banqueros y otros personajes de mala praxis me pregunto que podría hacer o hacerse para solucionar estos problemas y me viene a la mente una escena del episodio II de Star Wars, cuando Anakin le dice a Padme que para que las cosas funcionen deberían estar dirigidos por alguien sabio que obligara a todos a aceptar sus decisiones que serían lo mejor para todos. Estamos tan mal como para aceptar una dictadura?
Por otro lado, cada vez que entro al FB la mayoría de entradas hablan de la mala situación actual de todo el mundo, del incendio (en estos pocos días) de animales abandonados, maltratados y necesitados... Me angustio, me angustia todo esto, no sé que podría hacer, algo que diera resultados visibles. Como parece que el dinero es lo mas urgente en la mayoría de los casos, hago mis aportaciones dentro de mis posibilidades, aunque supongo que si me aplicara podría dar mas, pero necesito ser un poco egoísta.
No sé si suena a excusa, pero no puedo estar en este continuo estado de angustia. No sé los demás, pero es así como me siento, es así como me afecta. Yo estoy en paz cuando no pienso en nada, no me preocupo por nada...
Mi madre hace unas semanas perdió la visión del ojo izquierdo debido a un ictus, un infarto en dicho ojo. Voy a verla cada quince días o mas a menudo si es necesario, pero si me pongo a pensar en ello, me angustio por no ir mas a menudo. Las Navidades pasadas, mi hermano perdió a su mujer tras catorce años luchando contra el cáncer. Tiene un hijo de quince años que estaba muy ilusionado por entrar en el Instituto donde estudiamos mis hermanos y yo, pero no ha podido ser. Sea por la razón que sea, ha suspendido bastantes y le han recomendado repetir. Me pongo en el lugar de mi hermano, o lo intento y me angustio. Mi gata me tiene dominada porque sabe que si insiste lo suficiente consigue lo que quiere y yo, soy débil y si no le doy lo que pide, me angustio pensando que tal vez está sufriendo sin necesidad.
Son muchas las cosas que me angustian, la mayoría parecerán tonterías, pero a mi me abruman. Tal vez eludo la cuestión, o solo pongo excusas, pero sé que si le doy muchas vueltas a esta maraña acabaré colapsada, tumbada en la cama, llorando o cavilando la mejor forma de acabar con todo y es algo que no me quiero permitir, no cuando trato de convencer a otros de que no es esa la salida.
Que le pasa al mundo, que le pasa a la gente? Como va a terminar esto? La verdad, me produce muchísima tristeza ver los bosques devastados, la gente revolviendo en la basura o pidiendo que no les quiten su casa, pero me siento impotente y eso, si, eso me angustia.
Yo ayer estaba contenta compartiendo con miles de compatriotas ese triunfo deportivo, pero hoy, han conseguido que me sienta culpable, culpable de estar alegre, culpable de no hacer suficiente. Es mi culpa?

miércoles, 30 de mayo de 2012

Me estoy volviendo loca para que esta cabecera quede bien y va y mi amigo Jorge me dice que le gustaba mas la otra, la de antes...

lunes, 28 de mayo de 2012

Iba a escribir algo y ahora no recuerdo que. Me he despistado intentado mejorar el diseño de la cabecera del blog. Me gustaría que no se viera la parte blanca del dibujo, que quedara transparente para que se viera el fondo. Pues bueno, ahora ya no sé sobre qué iba a escribir.
Será mejor que lo deje hasta que lo recuerde o se me ocurra algo interesante.

sábado, 26 de mayo de 2012

Hoy es Sábado, sábado 26 de Mayo. Esta tarde estaré en el puesto del Taller de Tapices de la Feria del Arte en el Triángulo Umbral del Puerto de Sagunto. Exponemos una muestra de tapices y vendemos bisutería para recaudar dinero a favor de de la Adicam, Asociación de Diabéticos del Camp de Morvedre. Sorteamos un precioso juego de bisuteria (collar, pulsera y pendientes) por un euro el boleto de la rifa.
Es una pena que la Universidad Popular esté amenazada con desaparecer a causa de la "crisis". Mas que crisis yo creo que es una penosa administración del dinero y recursos de nuestro país. No sé en otros pueblos, pero aquí es la única oferta cultural que ofrece el ayuntamiento. Cursos de pintura, cerámica, fotografía, restauración de muebles, tapices, bolillos, yoga, baile de salón.. no sólo de manualidades, también hay cursos formativos y de ayuda. No es que digan se acabó y au! Es que están poniendo obstáculos y pegas. Si eres de Sagunto o Puerto, ven a la Escuela de Adultos, cuatro horas a la semana que estarás entretenido y aprenderás a hacer cosas por ti mismo, conocerás gente y alimentarás tu espíritu!!! No es solo para amas de casa aburridas o personas mayores con depresión. Aprenderás lo que tú quieras, satisface tu curiosidad.

lunes, 21 de mayo de 2012

Otro lunes mas, otra partida mas. Esta vez, Superhéroes Marvel. Estrenaba personaje y sistema de juego. Ninguna sorpresa. No me entero de como se juega. Es un juego "narrativo" (jajajajajajaja!) en el que no paramos de dar tortas. Tenemos a Batman, a un príncipe vampírico y a un ser cosmológico que en cachondeo el master llama "Galactusín" y luego está mi personaje, una niñata de instituto con poderes y genética extraterrestre. Nada de lo que hago sale bien. La mayoría de las cosas que hago no tienen muy buena acogida. Las tiradas de dados reflejan el patetismo de estos Mistery Avengers (o Men-TKtos). Prefiero oir el relato de la partida de la semana que participar en ella. Triste pero cierto.

viernes, 18 de mayo de 2012

Al final, he sucumbido, empujada por el lado oscuro que me hizo descubrir los juegos MMORPG (si, Jorge, hablo de ti!)
Ya he empezado a jugar al Diablo 3 y debo decir que jugar con Jorge, como siempre (o al menos como últimamente) le quita mucha gracia al juego. no sé por qué se empeña en matarlo todo, romperlo todo... menos mal que no lo recoge todo, aunque creo que es porque no puede.
Mucha gente jugando al D3, aunque yo solo veo 3 ó 4 a la vez conectados al juego. Creo que voy a jugar un rato al WoW para acallar la mala conciencia.
Hablando de otra cosa, me estoy obsesionando con la bisutería y abalorios. Me encanta, pero me gustaría tener unos ojos nuevos, o al menos, una maravillosa lupa-lámpara como la que tiene mi peluquera o mi señor esposo en el laboratorio. Me pregunto si la venderán por internet, cómo se llamará?
Bueno, y este dibujo que veis es parte de lo que tengo en mente para la cabecera del blog. Si, ya se que para semejante m***da me está costando bastante, pero es que soy lenta, vaga e insegura.
Bueno, bueno, ya va tomando forma la nueva cabecera del blog. Tengo ya decidido el diseño y el motivo y lo voy a hacer yo misma, dibujado y escaneado luego.
Hablando de dibujos, espero ansiosa los bocetos de JuanMi, un amigo de Carlos, uno de los jugadores de rol de las tardes de los Lunes.
Esta semana que viene creo que toca superhéroes de Marvel. Estrenaré mi Skylass, veremos que tal se lleva con esta panda de energúmenos.

viernes, 11 de mayo de 2012

Cada vez que entro a escribir lo hago de una forma diferente. No sé como funciona esto, la verdad. 
uegos de Rol. Me gusta jugar a rol, o me gustaba. Ahora me da pereza, definir el personaje, hacer la ficha... cada vez me resulta mas extraña la mecánica de creación de personajes de los juegos que el master propone. El juego de Weapon of the Gods remodelado nunca me ha resultado fácil de jugar, pero es que ahora me siento totalmente desorientada dentro de él. 
La partida por foro de El Imperio Esmeralda la tengo abandonada. No me situo, no me motivo y no me animo a escribir nada.
El Portal de Obsidiana ya no aloja mas relatos de mis peripecias por esos mundos fantásticos en compañía de mis compañeros.
La pereza me devora, la desidia, la indiferencia, el abandono, el aburrimiento... Llega el Verano, maldita sea!!!!

martes, 8 de mayo de 2012

Acabo de llegar de la clase de Tapices. Mi trabajo en esa clase de la Universidad Popular de Sangunto es como el de Penélope en Ítaca. No he terminado el tapiz y lo estoy deshaciendo. Cuanto mas hago, mas cuenta me doy de los fallos iniciales y mas descontenta estoy con el resultado, por lo que he optado por deshacerlo y empezar de nuevo. Pero no pierdo el tiempo, no, no, no, estoy aprendiendo a hacer nudos de macramé: nudo plano retorcido a la derecha, a la izquierda, nudo plano recto, combinado, baquetas (o será vaquetas?) horizontales, diagonales a la derecha, a la izquierda...
También aprendo a aplicar esos nudos y otros en la confección de pulseras, gargantillas y colgantes.
Me encanta y eso que unas horas antes de ir a clase siento la tentación de quedarme en casa tranquilita. Hay que salir!!!!!!

lunes, 7 de mayo de 2012

Y sigo sin saber como llamar a este blog. Desde luego, cambiar el nombre implica cambiar la imagen. No es que quiera algo sesudo, intelectual o que le de importancia o seriedad. Solo quiero algo que refleje lo que llena estas "páginas" virtuales. Son historias, unas son mías, otras son de amigos y conocidos. Todas son importantes para mi.
Creo que haré un boceto de los que quiero que sea esa cabecera. Puede que lo escanee y sencillamente lo ponga sin mas.
O puede que siga dándole vueltas al tema hasta que lo olvide durante unos cuantos años mas.

viernes, 4 de mayo de 2012

Dicen que la vida está compuesta de rutinas, hábitos y costumbres. Unas son buenas y otras malas. Los horarios regulares en la alimentación y el descanso, el ejercicio regular, la interacción con otras personas, la ingesta de alimentos sanos, el pensamiento positivo. Muchas de ellas son más fáciles de recitar que de realizar.
Llevo una vida desordenada y no tengo la fuerza de voluntad necesaria para corregirla. 
Qué es lo que proporciona esa fuerza de voluntad? Cómo ganas fuerza de voluntad? Después de mucho pensar he llegado a la conclusión que la motivación es una gran fuente de fuerza de voluntad. El problema es que por mas que busco no encuentro motivos. Y encontrar motivos no es nada fácil.

sábado, 28 de enero de 2012

DIOSES CELTAS

Los druidas pensaban que todos descendían del dios de los muertos, Donn (en gaélico), que significa "el oscuro", el Dis Pater que decían los romanos, pero, no obstante, el título de Gran Padre se reserva en este idioma gaélico para el Daghdha, el "buen dios". Lugus es el dios supremo, también conocido como Lugh en gaélico, o como Llew en Gales. Es probablemente el "Mercurio" que describe Julio César en sus "Comentarios". Calificado como "inventor de todas las artes". Se le ha puesto su nombre a varias ciudades, por ejemplo Lugdunon (Lugdunum en latín), origen lingüistico de las ciudades francesas de Lyon o Laon. Encontramos Leiden en los Paises Bajos, Leignitz en Silesia, Luguvalium en Carlisle, Lugo en Galicia. La forma Luguvalos significa "fuerte como Lugus" o "fuerte de Lugus". Para la mayoría de expertos, Lugus significa "brillante". Se le adoraba como dios solar y protector de la fertilidad y la curación. Su símbolo era una rueda. 

Taranis es el dios galo del trueno, "El Tronador". Lucano relaciona a Taranis con sacrificios humanos que se realizaba utilizando una gigantesca capa de mimbre con la que se cubría a la víctima antes de prenderle fuego. Han sido hallados altares a Taranis en Europa: En Chester (Gran Bretaña), en la Galia, en Renania y en Dalmacia. A veces es llamado "Jupiter -Taranis". Taranis es un elemento de poder celestial, como el sol. Representa el ruido, la destrucción, la fuerza sobrenatural de las tormentas. Su nombre refleja todo ese simbolismo. Teutates es el dios galo de la tribu, a él invocaban los galos en caso de cualquier amenaza o preocupación. Ejercía como protector de la tribu y dios guerrero. El nombre "Teutates" se relaciona con teuta "pueblo". Sucellos significa "el gran golpeador" o "el buen golpeador" debido a que lleva un martillo con el que golpea a la tierra para fertilizarla. Su consorte era la diosa Nantosvelta, que significa "Arroyo Sinuoso". El aspecto doméstico del culto a Sucellos es mostrado por el emblema de Nantosvelta: una casa sobre una lanza.
Esus es un dios comparable a Mercurio y Odín, se le ofrecían sacrificios por suspensión. Hay un bajorrelieve en Notre Dame en el que se le representa a Esus talando un sauce, probablemente el Arbol de la Vida. Neptuno es el dios galo del mar, se le suele representar como a un hombre barbudo con tridente acompañado con un delfín. Recuerda bastante al Neptuno romano o Posidón griego. No obstante, tuvo más arraigo en las Islas Británicas. Lir o Ler, dios del mar irlandés, fue reemplazado por Manannan, que en Gales se le conoce como Manawydan. Cernunnos es el dios cornudo, precisamente eso significa su nombre "el Cornudo". Es el dios silvestre, de la naturaleza, también de la fertilidad. En muchos casos se le representa acompañado de animales. Se le representa normalmente sentado con las piernas cruzadas, en una posición que puede tener connotaciones orientales, con una torques en la mano y en el cuello, a veces con el pene erecto, acompañado de una serpiente con cabeza de carnero llena de simbolismo. Esta asociación con la serpiente es interesante, puesto que es un animal que simboliza fertilidad y renacimiento, vinculado con los infiernos. En la tradición gaélica, reaparece el día de Santa Brígida. La serpiente con cabeza de carnero que acompaña a Cernunnos tiene doble significado: virilidad y renovación.

Ogmios era el dios galos de la elocuencia y de la escritura, de su nombre viene oghámico, ya que se supone que fue él quien inventó el alfabeto oghámico a base de muescas y rayas grabadas sobre piedra o madera. Se le vincula con Heracles. Belenos era Dian Cecht, conocido tambien con los nombres de Borvo o Borno y Grannus Belenus. Era el dios de la cura. El médico divino. Maponus era venerado en Albion y en la Galia, se le equipara con Apolo, es el Joven Divino, el equivalente del irlandés Oengus. Smertrios era un dios de la guerra. Otras deidades celtas son Goibhniu, en galés Govannon, dios de la forja. De él se comentaba que fue el que en tiempos remotos forjó la espada que conocemos con el nombre de Caledfwlch, es decir, Excalibur. También tenemos a Arawn, bajo la tierra, tenemos a Credenus, Camulos (dios britano de la guerra, dio nombre a Camulodunum), Nuadu... 

Epona era la diosa de los caballos y también se le atribuye la función de diosa de la guerra. Su nombre proviene del celta epos, que significa caballo. Los celtas veneraban al caballo, ya que en el veían fuerza, velocidad, hermosura y vigor sexual. Tambien se vincula a Epona con el agua, la fertilidad y la muerte. Los romanos aceptaron a esta diosa y el 18 de diciembre le celebraban ofrendas. Era muy devota en la caballería gala. Artio era la diosa de los campos, y Arduina, la diosa del jabalí. Se le relaciona a esta última con la caza. El nombre galo de Diana es Arduina o Abnoba, diosa de las fuentes y de la salud. Su sobrenombre es Mattiaca Rosmerta era la diosa de la riqueza y la fecundidad, y era adorada junto con Mercurio. El prefijo de su nombre,Ro señala su importancia. Junto a las fuentes termales se levantaban monumentos religiosos. Veneraron a Icovellauna, diosa de la fuente de la frontera. Las Nymphae Griselecienae en Gréoloux, las Nymphae Niskae en Amélie-les-Bains y perdura también el espíritu indoeuropeo que dio nombre divino a los ríos: Diva, Deva, Deve, Dieppe, Diest. Sulis era la diosa de la cura. Sequana lo fue del río Sena. Belisama era la diosa de la luz y el fuego.
Estas eran las principales deidades femeninas de los celtas de la Galia. Los celtas de otros lugares, por ejemplo de Irlanda, tenían más diosas entre las que debemos destacar a Brighid, experta en poesía y curandería, pasó como Santa Brígida al cristianismo. Tenemos también a las diosas de la naturaleza, Medb (Sol), Sul y Sirona (estrellas). Badb, diosa de la guerra, Morrigu y Nemain. Nemetona, que se duda si fue diosa de los nemetes o de la guerra. Branwen, Eire, Andrasta (diosa de la guerra a quien Boudicca invocaba), Sadb, Eadon, Macha, Flidais...

De la página Los Celtas

viernes, 27 de enero de 2012

Ayesha D'Alcione

Me llamo Ayesha, mi madre era la hija de un noble veneciano. Fue entregada en matrimonio a un noble siciliano, Roger Guscardo, pero cuando se dirigía a su nuevo hogar fueron asaltados por piratas genoveses y mi madre fue vendida como esclava. Debido a su gran belleza, entró a formar parte del harén del visir Sokullu Mehmet Pacháen la ciudad de Amida. Cuando yo nací mi madre se juró que mi destino sería distinto al suyo. Viví con ella hasta los diez años, a partir de los cuales, las niñas eran separadas de sus madres y educadas como esclavas. Confió mi vida y bienestar a un mercader árabe que se limitó a coger el dinero y a hacer de mi su criada. Cuando cumplí los trece años intentó violarme, pero en un golpe de suerte le maté y huí.
Me disfracé de muchacho para no llamar la atención y me uní a una panda de golfillos y ladrones de la ciudad de Kayseri. Parte de los beneficios que obteníamos de nuestras rapiñas iban a parar a las manos del jefe de la guardia, para comprar su protección. Después de algún tiempo, su avaricia creció hasta el punto que no ganábamos suficiente para pagarle, así que hizo una redada en la zona y acabó con la mayoría de mis compañeros. Los supervivientes huimos de la ciudad, pero fuimos capturados por un grupo de bandoleros, asaltadores de caravanas.
La banda prosperó de forma increíble a partir de nuestra llegada y se nos consideraba como una especie de amuletos de buena suerte. Los trabajos de la banda fueron cambiando de entorno y al final acabamos siendo una organización criminal bastante respetada.
En una de nuestras excursiones descubrí al jefe de la guardia. Lo habían expulsado del cuerpo y aproveché para matarlo. Mi habilidad llamó la atención del jefe de asesinos de la banda y me tomó a su cargo para instruirme. Era un tipo extraño, solo salí de noche, pero era muy respetado y temido. Se decía que había trabajado para reyes y príncipes, pero que había caído en desgracia y ahora se escondía de sus enemigos, que por lo visto eran muchos.
Mas tarde se descubrió a sí mismo como uno de los hijos de Haqim y me ofreció el Don de la Noche que yo acepté. Mi Sire y mentor solía llamarme Hamema (paloma) por mi aspecto pálido y engañosamente dulce.
Después del Abrazo viajé a Efeso, donde cogí un barco que me llevó a Venecia en busca de la familia de mi madre. Mis abuelos habían muerto, casi todos aquellos que podían recordarla ya no estaban, así que me hice pasar por una nieta de la hermana de mi madre y fuí acogida en la casa familiar. No es que la familia me profesara un gran cariño, pero cuando comencé a recibir los atentos favores de varios ricos comerciantes y nobles, mis queridos parientes vieron el beneficio que les reportaría como novia a mi nobilisima pero arruinada familia. Así es como me casé con Domiciano D'Alcione, un próspero y anciano mercader sin familia.
Era fácil de dominar, y para disgusto de mis parientes y regocijo de mu nuevo esposo comencé a ser el tema de conversación de la ciudad. Pronto aprendía a encargarme personalmente de los negocios de mi marido.
Mi hogar en Venecia era la Ca' Grande (Casa Grande), en el Gran Canal o Canalazzo.
Mi vida mejoró notablemente desde mi llegada a Venecia. Me acostumbré al lujo y a que se cumplieran todos mis caprichos. Encontré a Tebib el Eddam como esclavo en uno de los barcos de mi marido. Lo tomé a mi cargo y le di la libertad y algo mas, pero él decidió quedarse a mi servicio.
Mi carácter caprichoso y egoísta era una especie de atractivo mas sobre mi persona, una especie de propiedad inherentemente femenina. La niña que había padecido tantas penalidades exigía una compensación. Con un cerebro mas que apto para los negocios y una belleza admirada por la mayoría me convertí, a pesar de ser mujer, en una persona importante dentro de la sociedad veneciana. Nunca me preocupé de nadie excepto de mi misma hasta que ...

jueves, 26 de enero de 2012

Noches de Valencia de Alban Verlack

NOCHES DE VALENCIA

Preludio a un Drama

18 de Marzo del año de nuestro señor de 2000; algún lugar de Sagunto.
Un rayo de inquietud taladró los plácidos pensamientos del Ser en sopor. Imágenes, turbias pero claras al fin... Un cúmulo de imágenes sin pensamientos, seguidos de pensamientos sin palabras y luego palabras sin imágenes para volver a comenzar el ciclo de nuevo: imágenes sin pensamientos, seguidos de pensamientos sin palabras... El Ser era viejo. Mucho más viejo que las ruinas que lo cobijaban, mucho más viejo que la raza que las construyó, mucho más viejo que la mayor parte de los que dominaban en las sombras las acciones de aquella raza. Era milenario, como la roca. Y como la roca, presenciaba todo cuanto sucedía a su alrededor sin ser advertido. Era La Presencia. La voz en La Cabeza. Era El Ser. Su nombre carecía de importancia... había utilizado tantos. Incluso su sexo era un instrumento igualmente variable, y ahora vestía el cuerpo de una mujer, aunque apenas ya lo utilizaba.
Y aquel rayo de inquietud le había perturbado indeciblemente... . Las palabras que se formaban en su cerebro eran inconfundibles. "... América... Menele... Anarquistas... Amaranto... Guardián..." Así pues, el viejo juego había vuelto a comenzar. Con un gruñido de incontenible furia, el Ser se agitó en el sarcófago.
Como respuesta a los deseos del Ser, un aterrador aullido resonó en los oídos de los habitantes cercanos a La Albufera, despertándolos de su sueño.
El Lobo había vuelto. La Caza había comenzado una vez más.


Capítulo I

Noche del 18 al 19 de Marzo del año 2000. En Valencia.
Pat aguardaba paciente a las maletas mientras lanzaba constantes e inquisitivas miradas en todas direcciones. Era extraño, pero no lograba descubrir presencia sobrenatural alguna en aquel diminuto aeropuerto. Sus dos colegas, John "Músculos" y "Chino" Jarret se habían dirigido al exterior del aeropuerto tras superar el control policial con aquellos pasaportes, más falsos que un billete de 73 dólares... . Ya debían de tener un taxi esperando, eso si en aquel país sabían lo que era un taxi, claro. Él, por aquello de que tenía un mayor don de gentes, era siempre el encargado de recoger las maletas: en casi todas las ocasiones, era aquel el momento escogido por la población vampírica del lugar para indagar acerca de los recién llegados, así como para dar a conocer las normas a seguir en la ciudad en cuestión... pero allí no aparecía nadie. ¿Sería posible que nadie controlase aquel irrisorio aeropuerto?. Si así era, desde luego que aquellos vampis europeos eran todavía más lentos de reflejos de lo que Pat había creído... Después de todo, la cacería no empezaba nada mal.
Finalmente aparecieron las dos maletas. No viajaban con mucho equipaje para evitar problemas con los controles... preferían comprar todo lo necesario en el lugar de origen. Al fin y al cabo, armamento podía encontrarse en todas partes; al ser humano siempre le ha gustado matarse de la mejor forma posible. En aquellas dos maletas apenas había algo de ropa, un equipo de alpinismo bastante completo, cinco antorchas de madera de acción inmediata, una mochila con diez estacas de madera de ébano endurecida y una bolsa de aseo (a Pat le gustaba ducharse con su gel favorito... el cual dudaba poder encontrar en aquel país tercermundista). Pensaban conseguir algunas espadas de buena calidad robando un comercio durante la noche, bien entrada la madrugada. Al fin y al cabo, aquello era España, y a todos los Antiguos americanos se les llenaba la boca constantemente al hablar de sus espadas de acero español; toledano, según decían... . Pat admitía que no tenía idea alguna de dónde podrían encontrar espadas, pero imaginaba que, en aquel país, las fraguas seguirían funcionando y podrían asaltar sin mayores dificultades una herrería (o como se llamase el sitio donde hacían las putas espadas). En cuanto a las armas de fuego... era un tema más espinoso. Hacer amistad con el tipo, o tipos, encargados del mercado negro en el poco periodo de tiempo que pensaban pasar allí sería difícil. Armerías... tras su propia experiencia en México, Pat dudaba de encontrarlas con la misma facilidad con que lo podía hacer en América. Pero tenían la solución: asesinarían a algunos soldados. O policías, o lo que hubiese en Valencia con jodidas armas a la cintura...
Cuando salió de la terminal, comenzó a descubrir que no todo era como él había esperado. Para empezar, y aunque tampoco era del todo extraordinario, sus dos compañeros le aguardaban haciendo cola para tomar un taxi... no es que hubiesen tenido que buscarlo, es que el puto aeropuerto estaba plagado de ellos, bien ordenaditos a la espera de su cliente. Después de todo, se dijo Pat, también en México D.C. hay taxis en el aeropuerto, y aquello no debería ser tan diferente a la capital mexicana.
Tanto Pat como "Músculos" y "Chino", habían acumulado toda su información de España a través de los diferentes episodios de teleseries americanas. Sobre todo de aquellos viejos episodios del "Equipo A". Últimamente, empero, aquel país empezaba a estar de moda en los EUA, gracias a las películas de ese tal Almodóvar y Banderas, "Chino" seguía manteniendo la teoría de que Banderas era mexicano. Aunque "Chino", todo sea dicho, había descubierto que España estaba en Europa hacía tan sólo dos semanas, cuando Pat decidió que Valencia sería el próximo destino del grupo. De todas todas, lo que Pat y sus colegas esperaban era muy diferente a lo que se encontraron: cuando el taxista llegó a la ciudad, descubrieron que Valencia era una ciudad civilizada, no muy diferente a cualquier ciudad del medio este americano. Las calles estaban asfaltadas, los transeúntes (muy numerosos, pese a estar avanzada la noche) no eran ni tan morenos, ni tan bajos como imaginaban, además de que vestían con coloridas y modernas ropas. Casi nadie llevaba bigote... ¡y no había animales sueltos por las calles!. Además, aquello bullía... ¡Parecía el jodido 4 de Julio, con todos aquellos fuegos artificiales, y los explosivos! Aunque nunca habían visto un 4 de Julio tan ruidoso como aquel, ya que los explosivos (al parecer, llamados "petardos") eran estruendosos como un disparo y no los juguetes con que se divertían en América... Pat anotó mentalmente que debía llevarse un montón de aquellos "petardos" cuando volviese a casa, después de beneficiarse al antiguo por el que habían hecho tan largo viaje; sin duda, causaría sensación en Los Ángeles con aquellas pequeñas bombas.
Entonces vieron "El Monumento". Una escultura gigantesca repleta de maniquíes exquisitamente pintados se recortaba a lo lejos, entre el tumulto. Pidió al taxista que se desviase en aquella dirección, pero el muy lerdo no hablaba inglés (Pat había advertido a los muchachos que allí la gente sólo se hablaba en puto mexicano, pero los capullos no le habían creído). Pudieron comprender, en parte gracias a que el tipo era muy expresivo y en parte a que Pat hablaba algo de mexicano, que no podía llegar al monumento en coche, que deberían caminar. Como aquel era un sitio tan bueno como otro cualquiera, decidieron apearse, pagándole con alguno de los gordos billetes españoles que habían conseguido, no sin algunos esfuerzos, en el mercado negro de L.A. Cuando el taxi se alejó, Pat decidió que la fiesta había acabado. Había que comenzar a trabajar si querían lograr sus objetivos en el tiempo de un suspiro.
- Bien, "Músculos". Para empezar, tú te haces cargo de las maletas.
- Joder... otra vez yo. A ver si dejáis de aprovecharos de que soy un hombre, y no un par de mariconas como vosotras dos...
- "Músculos"... -Pat dejó que su presencia se extendiese levemente. Un par de transeúntes orientales, con unas cámaras de vídeo de exiguo tamaño, cruzaron la calle para evitarlos. Dejó igualmente que sus colmillos asomasen y que sus pupilas tomaran aquel tono rojizo que tan nervioso ponía a "Músculos". Pat sabía que no era rival para su colega Brujah en una lucha encarnizada cuerpo a cuerpo, pero también sabía que "Músculos" le tenía verdadero pánico debido a su superior inteligencia. Nunca se atrevería a atacarle mientras supiese que no le tenía miedo. Alzó la voz-, acabamos de llegar y ¡ya me estás inflando las putas pelotas...! . Otra jilipollez, ¡joder!, otra estúpida queja y te rompo el pescuezo y me doy un aperitivo contigo...
- Bueno, Pat -farfulló el Brujah- no te alteres, joder...
- ¿Me has entendido? ¿o es que no entiendes el puto Inglés?
- Te entiendo, tío. No hay problema. Yo y las maletas seremos el puto ente único...
- Bien. Tú, "Chino", te encargas de encontrar una pensión. Dentro de tres horas nos encontramos aquí mismo.
- Entendido, tío. Pero... ¿dónde coño es aquí mismo?
Pat dejó escapar aire sonoramente. Evidentemente, no necesitaba respirar para nada; pero era útil a la hora de mostrar malestar, enfado, o falta de paciencia... . Método Stanisnlavksy y todo eso...
- A ver, "Chino", ¿qué cojones pone en aquella placa que hay clavada en esa pared? "Chino" entrecerró los ojos. No se atrevía a extender sus sentidos en medio de aquel estruendo de petardos. Se acercó a la pared y, finalmente, pudo leer.
- "Carrer Archiduque Carlos"... o sea, calle... ¿no?
- Eso es, maldito fumanchú. Además, no creo que puedas perderte habiendo aquí semejante monumento de colores...
- ¿Y si hay más?
- ¿Pero tú dónde crees que estamos? ¿en la jodida Nueva Orleans?. ¡A ver si os entra en la cabeza que esto es España! ¡Prácticamente México, pero en pequeño! ¿Y tú viste muchos "Monumentos" de estos en México? -"Chino" negó rápidamente con la cabeza. No le gustaba cabrear al jefe- ¿Y tú, "Músculos"?
- Ni uno, tío...
- ¡Pues venga, joder, que es para ayer!. "Músculos", tú acompaña al "Chino". Cuando tengáis las maletas en la habitación, podréis salir a pasear por ahí. ¡a ver si lográis comer algo sin que os diga cómo hacerlo!. Pero en tres horas, os quiero aquí mismo.
- ¿Y tú, jefe? -preguntó "Chino" sin mucha convicción. Pat observó al "Monumento" con expresión ceñuda.
- Voy a ver si averiguo el porqué de todo este jolgorio... . Y a ver si encuentro a algún chupasangres por ahí que me pueda poner al corriente del rollo político de esta ciudad. Ya sabéis, Sabbat o Camarilla. De paso, veré si puedo descubrir algo acerca del Guardián de la Catedral -se volvió hacia sus compañeros-. Vosotros, entretanto, intentad no cruzaros con ninguna sanguijuela. No conocemos a nadie en este lugar. No sabemos de qué puto pie cojean. No queremos problemas que no hayamos provocado nosotros... ¿está claro?
- Meridianamente claro, jefe -aseguró "Chino"
- Como un puto vaso de agua -corroboró "Músculos".
- Pues ya está. Pongamos en marcha, joder, que no tenemos toda la noche.
Con esta frase, Pat dio por terminada la conversación.

Continuará

sábado, 14 de enero de 2012

CRONICAS DE KELMOR

Memorias de Ainize
Dural ha cambiado, y no solo físicamente, está distinto, parece mas seguro de sí mismo, mas serio y a veces taciturno. Cuando estamos solos casi puedo ver al antiguo Dural. No es que me queje, pero parece como si hubiéramos perdido algo, tal vez debería decir que hemos dejado atrás la infancia, tal vez debería alegrarme .
Cada vez es mas difícil encontrar el momento y el lugar para poder estar a solas. Parece existir una conjura entre todos los habitantes del castillo para no dejarnos a solas ni un momento.
Madre me ha regañado alguna vez al respecto. No ve con buenos ojos nuestra relación. Dural ha cambiado, si, y el cambio mas evidente no es en él, si no en el resto de las muchachas del castillo que sonríen al verlo llegar y se reúnen en corros y cuchichean cuando desaparece de su vista. Me miran de reojo, se callan cuando me acerco, parece que la escasa camaradería que había entre nosotras ha desaparecido con la llegada de Dural. Supongo que me ven como a una rival. La verdad es que no me importa demasiado. Mientras ellas traman, urden y confabulan unas contra otras y todas contra mi por la atención de Dural, yo sé que Dural es mío. Cuando las oigo cuchichear a mis espaldas, cuando veo sus miradas subrepticias, sonrío y pienso en Dural, en la próxima vez que podamos vernos a solas.
El castillo entero parece andar de puntillas alrededor de Dural. Su hermano mayor seguro de su herencia no parece darle importancia al cambio sufrido por su hermano. Amiets comienza a hacerse el encontradizo conmigo. El señor de Gesharien no ve su atención por mi con buenos ojos. A veces me pregunto que puede haber de malo en mi. Ya sé que no poseo el rango adecuado para convertirme en la esposa del heredero, pero pensaba que quizá, tal vez, mi relación con Dural sería vista de otra manera. Mi señora Mai me ha tratado siempre como a una hija, pero tampoco aprueba nuestra relación.
"Nuestra relación", me pregunto a dónde nos conducirá. Cuando estamos a solas me siento tentada de preguntarle a Dural cuál será nuestro futuro, pero me da miedo la respuesta. Oponerse a la voluntad de su padre puede acarrearle muchos problemas, y la otra opción es mucho mas aterradora.
Dural apenas habla de estos años pasados con el Maestro Rioji. Sus respuestas son vagas en el mejor de los casos, o demasiado crípticas. Parece mirar a su alrededor con otros ojos, como si viera cosas que nosotros no vemos.. Cuando le pregunto acerca de ese periodo de tiempo se limita a sonreír y a decirme lo mucho que me ha echado de menos. Esos años de ausencia fueron una dura prueba para los dos. Mi señora Mai me animaba a relacionarme con otros jóvenes. A veces me exasperaba. Una vez se lo dije a mi madre:
- Mi señora Mai parece una alcahueta!
Mi madre se acercó velozmente a mi y me dio una bofetada que me hizo saltar las lágrimas. Me arrepentí inmediatamente de mis palabras incluso antes de recibirla.
Me pregunto si he hecho lo correcto. Sé que fue lo más maravilloso que me ha ocurrido en mi vida, pero, a dónde nos conducirá?
Aún puedo sentir el calor de su piel sobre mi cuerpo y la caricia de sus dedos sobre mi piel. Sus labios sobre los míos y su voz pronunciando en mi oído mi nombre como sólo él sabe pronunciarlo. Aún me estremezco al recordar ...

Ha llegado al castillo el conde Aengus de Ynis Afallenau con sus dos hijas, Fiona e Igraine, dos gemelas terriblemente revoltosas a pesar de que ya tienen catorce años. Crfeo que el conde les consiente demasiado. Son dos diablillos pelirrojos que no paran de alborotar. Mi señora Mai está encantada con ellas, claro que en su presencia se comportan medianamente bien.
Fiona es la mas agradable de las dos, aunque se deja influenciar por su hermana que es la que lleva la voz cantante en todas las travesuras.
Igraine es mas fiera. Se ve en sus ojos que no va a ser fácil encontrarle marido. Aunque parece que muestra especial predilección por Dural. Lo sigue a todas partes y eso es un obstáculo mas para nuestros encuentros.
Dural es amable con ellas, se siente como su hermano mayor, pero no se da cuenta de que ellas, al menos Igraine, no lo ven así. Es gracioso ver los esfuerzos que hace Igraine por llamar la atención de Dural.
Mi señora Mai, y casi todo el resto de la corte prefiere a Fiona. Es difícil separarlas, siempre van juntas a todas partes, pero cuando se consigue estar a solas con Fiona se nota la influencia que su hermana ejerce cuando están juntas. En solitario, Fiona es una niña encantadora, dócil y tranquila. Me encanta pasear con ella y me ha servido de excusa, alguna que otra vez, para encontrarme con Dural.
La otra noche, cuando salía de los aposentos de Dural, casi me dí de bruces con una de las gemelas. Por un momento temí que fuera Igraine. Me quedé quieta, helada, con una mano en el picaporte de la puerta y la vela en la otra, mirando a la niña, esperando que se pusiera a gritar o algo por el estilo. Pero se limitó a mirarme sorprendida. Sus ojos se posaron después en la puerta de los aposentos de Dural, me miró de nuevo, sonrió y se dio media vuelta susurrando algo que hasta el día siguiente no entendí. Juraría que, por un momento, mientras miraba la puerta de la habitaciópn de Dural, sus ojos se habían llenado de tristeza. Al día siguiente, me desperté con un ligero malestar y no sé bien por qué recordé lo que Fiona había murmurado: "Una dama no debería acechar de noche por los pasillos". Me pregunto si se refería a ella misma o a mi.
Las cosas están algo tirantes entre Dural y su padre. Después de estos años de ausencia nos resulta muy difícil permanecer separados y el ansia de la mutua compañía nos ha vuelto descuidados.

También ha llegado otro caballero, Avaggdu, barón de Tegid, hijo del difunto Tegid Voel. Es un hombre alto, enorme, de piel pálida y cabellos negros, con una poblada barba bien cuidada, ojos oscuros y pequeños, y nariz recta. A veces puedo sentir su mirada deslizándose por mi cuerpo como algo frío y viscoso.
No he querido decirle nada a Dural porque no tengo nada concreto en lo que basarme, pero juraría que ese hombre me sigue. Me lo encuentro allá donde voy, pero siempre tiene el motivo justo para encontrarse en el mismo luigar que yo al mismo tiempo.
Algo a tener en cuenta es que las niñas parecen evitar la presencia de Avaggdu.



CRONICAS DE KELMOR (2ª parte)


Dural y yo nos encontramos en el pequeño lago que hay tras la ciudad. Nuestras citas nos llevan cada día más lejos. Es un hermoso paraje y la presencia de mi amado lo hace más hermoso todavía. Hemos acudido por separado para evitar levantar sospechas.
Estábamos disfrutando de nuestra mutua compañía cuando hemos escuchado una explosión y unos gritos. Dural se ha levantado rápidamente y ha acudido al lugar. Le he seguido y creo que me arrepentiré toda mi vida. El espectáculo era espantoso. Una de las gemelas gritaba a pleno pulmón mirando fijamente, frente a ella, una extensión de tierra calcinada. Cuando Dural se acercó a comprobar si la joven había sufrido algún daño, a parte de las ropas algo chamuscadas, pudimos ver en el centro de la devastación los restos calcinados de la otra hermana. Dural trató de apartar a la gemela superviviente del macabro espectáculo, pero la niña se negaba a moverse. Sus gritos se iban haciendo más débiles a medida que su garganta enronquecía. De repente, hubo un movimiento entre unos arbustos y la niña dejó de gritar para volverse a mirar. De entre los arbustos surgió el padre Fabián, pálido como la muerte. 
Fue un asunto terrible. Casi no podía creer lo que escuché de la boca de la joven Fiona. Ella y su hermana estaban paseando cuando se toparon con el padre Fabián que, al parecer, me había seguido. Cuando se dieron cuenta de las intenciones del clérigo, Igraine trató de detenerlo. Inconscientemente se interpuso ante la ardiente muerte que al parecer nos estaba destinada.
Al parecer, el padre Fabián estaba secretamente enamorado de mí y cuando descubrió mi relación con Dural …
No sé lo que pasó por la mente del padre Fabián, pero me siento totalmente incapaz de creer que quisiera matarnos. Es un joven de mucho temperamento, ciertamente, pero, matarnos? La gente comenta que nadie sabe de lo que es capaz un corazón traicionado.
La pobre Fiona se pasó varias semanas en la cama, delirando con una fiebre muy alta. Su padre quería llevársela cuanto antes a casa, pero mi señora Mai lo convenció de que el largo viaje en aquel estado podría matarla. El pobre Conde está destrozado.
Dural ha discutido con su padre. A raíz de lo sucedido nuestro secreto ha sido expuesto. Mi señor Arkein estaba furioso. Por un lado había muerto uno de sus invitados, de su familia, la hija de su medio hermano, a manos de un hombre a su servicio y por otro lado parece haberse dado cuenta que Dural y yo ya no somos los niños que jugaban juntos años atrás. Últimamente se le ve tan cansado. El condado está en alerta. Nuestros vecinos de Radhagal se preparan de nuevo para ir contra nosotros. Vientos de guerra soplan desde el sur.

Hace unos días que no veo a Dural. Creo que trama algo y no puedo alegrarme porque sospecho qué puede ser. Cuando medio reino se levantó en armas para marchar contra las huestes de Syr, el marqués se negó en redondo a dejar partir a Dural. Ahora, la confrontación con nuestros vecinos es inminente y no creo que el marqués deje atrás a Dural esta vez, él también sabe que sería injusto e imposible.
Por qué parecen los hombres tan ansiosos por ir a la guerra?
Cada vez veo menos a Dural. Me paso la mayor parte del tiempo ayudando a la madre Aintzine a reponer de hierbas la enfermería. Andamos como locas buscando un herrero que nos arregle los cacharros rotos. En todas las forjas solo se oye el sonido de los martillos golpeando el metal de las futuras armas. No tienen tiempo para arreglar un puchero. Bueno, ya veremos qué comen cuando nos quedemos sin cacharros donde cocinar.
Los niños juegan por las calles imitando a los mayores, añadiendo más confusión al caos existente.
Se irá Dural sin despedirse? Hace por lo menos un par de semanas que no lo veo, desde el triste incidente de las gemelas. Estuvo un buen rato reunido con su padre y luego hicieron llamar al Conde Aengus y mantuvieron una conversación bastante larga. Más tarde, el conde partió con Fiona y las cenizas de Igraine, pero Dural seguía encerrado con su padre. Casi amanecía cuando escuché los portazos. “Mal asunto, pensé, Dural ha discutido con su padre”. Desde entonces no lo he vuelto a ver.
Mi señora Maieder parece estar de un humor alterado, tan pronto está triste y melancólica como se la ve sonreír. El otro día me llamó para que la ayudara a sacar del baúl su traje de novia.
Quien todavía anda por aquí dando vueltas es lord Avaggdu. No parece tener prisa por marcharse. La verdad es que no es tan repulsivo como pensaba en un principio. Es amable y divertido y bastante inteligente. Es ese aire de autoconfianza que le rodea y esa manera suya de decir las cosas de forma tan cruda lo que hace que los demás se sientan incómodos en su presencia.
Es muy bueno con la espada, tanto como Dural. Practica casi todos los días. La verdad es que me he acostumbrado a su presencia.
Se esfuerza por ser amable y distraernos de las preocupaciones y el alboroto que provocan los preparativos para la batalla.
Ha viajado mucho, ha estado incluso más allá de las Montañas del Fin del Mundo. Cuenta unas historias maravillosas sobre las tierras y las gentes que viven frente al Desierto Blanco.
En cambio, Dural … Dónde se habrá metido?

viernes, 13 de enero de 2012

MUTANTEZ

No recuerdo mi infancia. No tengo ni una foto que llene ese vacío de mi memoria.
Mi primer recuerdo es abrir los ojos en una habitación en casa de mis padres a la edad de 15 años. Me sentí totalmente desorientada. La decoración era bastante impersonal, de tonos neutros, más funcional que decorativa. La única nota de color era un póster de una réplica de “El Jardín de las Delicias” de Boticcelli, firmado “De tu otro Boticelli”
Mi padre era vigilante en un museo bastante miserable. Mi madre era bibliotecaria de una pequeña pero bien surtida biblioteca perteneciente a una especie de Centro Cultural que acogía una variopinta diversidad de agrupaciones de lo más extraña. El Club Esotérico de la Otra Realidad, Agrupación para la Ayuda a los Drogadictos Virtuales, Gabinete de Exploración Multipersonal, Club de Amigos de la Pintura Ritualista, Taller de Manualidades Alquímicas, Universidad Popular Paranormal y Esotérica …
Después de un periodo breve de desorientación, mi vida parecía volver a su cauce habitual. Las típicas travesuras de adolescente (y otras no tan típicas), las broncas, los ligues …
Me gustaba explorar los sótanos del museo. No es que estuviera permitido, de hecho, podría llevarme una buena paliza si mi padre se enteraba. Encontraba mucho más interesantes y atractivos los objetos guardados en polvorientas cajas que los expuestos en las salas de arriba. Realizaba mis propias investigaciones, leía los informes de cada pieza y luego iba a la biblioteca a leer un poco más sobre el tema relacionado con el objeto. Me apunté a varias clases de la universidad popular, pintura, manualidades, fotografía. Era bastante mala en pintura, el arte no era lo mío como artista, claro. En aquellas clases conocí a un genio en el arte de copiar cuadros.
Una de mis excursiones al sótano del museo me proporcionó un fantástico descubrimiento.  Un cuadro sin catalogar tamaño de dos folios juntos. Se desconocía el artista y no lograban situarlo en una época determinada. Era bastante macabro y gore. No pude resistir la tentación y me lo llevé a casa. Cuando mi padre lo descubrió me dio tal paliza que estuve una semana sin ir a clase. Pero aquello solo consiguió reforzar mi determinación por conseguir el cuadro.

Junto con otros amigos había alquilado un viejo taller de coches, bastante espacioso e iluminado. Allí nos reuníamos y manteníamos ocultos todos aquellos objetos que no queríamos que nuestros padres descubrieran. Yo tenía algunos viejos libros de demonología y esoterismo y algunos de arte que había sacado de la biblioteca y había olvidado registrar.
David Lunch tenía allí sus trastos de pintar. No es que no quisiera que sus padres los vieran, pero su madre estaba continuamente quejándose del olor de los óleos y la trementina.
Isabel Harper tenía su huerto de plantitas ilegales y una especie de laboratorio alquímico.
Paul Andersen siempre estaba en el foso, bajo las cuatro ruedas de su inservible coche.
Peter Potter era un realquilado nuestro que contribuía con la mayor parte del alquiler y gastos del local a cambio de un lugar donde trabajar. Hacía fotos porno. Tenía una estupenda cama redonda, enorme y muy útil. Creo que todas las chicas que traían los tíos posaban para él, incluidas Isabel y yo misma. Era un cabrón guapísimo y muy convincente.
Cuando me recuperé volví al museo y saqué de nuevo el cuadro. Se lo llevé a David y le pedí que me hiciera una copia. Estuvimos discutiendo bastante rato. David era muy perfeccionista e insistía que para que la copia fuera buena de verdad tendríamos que usar los mismos materiales de cuando fue pintado el original y estudiar la técnica del artista.
-Ja! Pues vas a tener que aguantarte. No se sabe quién es el artista ni en qué año fue pintado –respondí triunfante. Pero David no se rendía fácilmente. Al final hizo una investigación bastante más meticulosa que la del museo y aunque nunca supimos el nombre del autor afinó bastante el periodo en el que fue pintado, la corriente a la que pertenecía y la nacionalidad más probable del pintor.
El laboratorio de Isabel fue de inestimable ayuda y como siempre David realizó un trabajo tan impecable que era difícil distinguir ambos cuadros.
-Es una pena que tu obra no vaya a salir de su caja nunca –le dije mirando ambos cuadros.
- Qué quieres decir?
- Que el original me lo quedo yo.
- Estás loca, como te pillen te espera algo más que una paliza.

Hablando de palizas, recibí bastantes, por cualquier motivo que se lo ocurriera a mi padre y cada vez eran peores. Pasé bastante tiempo convaleciente y llegó el momento en que temí por mi integridad, así que decidí poner remedio. Recurrí a la maravillosa oferta de cursillos del Centro Cultural y me apunté a unas clases de defensa personal. Al principio no conseguí devolverle ni un solo golpe a mi padre, aunque fue más bien por prudencia, pero logré, disimuladamente, evitar los peores golpes, hasta el día en que me sentí con la suficiente seguridad y capacidad para tumbarlo y asegurarle que si me ponía una vez más la mano o lo que fuera encima lo mataría. No hubo necesidad de explicárselo dos veces.
Un día, Paul apareció con un amigo, Bill Monroe. Congeniamos enseguida. Inocentemente le enseñé mi cuadro y alardeando de habilidades ajenas, amigos y contactos le hablé del talento de David. Bill insistió en acompañarme durante alguna de mis visitas no programadas al museo y así fue como comenzamos una lucrativa sociedad dedicada al delito. Hasta el día en que apareció Malcom.
Malcom era el detective de una agencia aseguradora de objetos de arte. Guapo, inteligente, culto, educado, fuerte, todo lo que una chica desea en un hombre, e incluso un oscuro pasado con secreto incluido. Sabía muchísimo sobre arte y sobre seguridad, mucho más que yo, que a mis 22 años me consideraba una experta.
Nos conocimos de una forma curiosa. Yo hacía un trabajo y él me pilló. Aún no entiendo por qué no me delató. Devolvió la obra robada y se casó conmigo (si, si, así de extraño como suena resultó de lo más natural). A Billy no le sentó nada bien. Nos fuimos a vivir a Nueva York y cuando murió, me volví a Londres. Aquella época fue tan anodina como no debió ser, a penas recuerdo algo. Murió en un accidente de coche.
Soy terca y me gusta aparentar que soy una cabecita hueca. No hay mejor forma de conseguir que haga algo que prohibírmelo o ponerme impedimentos. La edad me ha dado un poco de sensatez, o eso quiero creer, y Malcom me enseñó a contar hasta cien antes de actuar. Me angustia no recordar parte de mi pasado. No suelo comentar con nadie mi capacidad psicométrica. Por lo que sé lo tengo desde que nací.
A veces, veo una cara, un paisaje, un objeto y me recorre un escalofrío. Puede que tengan que ver con mi pasado olvidado, o simplemente …  no sé.
El cuadro aún lo conservo. Malcom lo odiaba e intentó convencerme de que lo devolviera o me deshiciera de él, pero no pude. Lo siento mío y es un sentimiento muy fuerte.
El cuadro representa una batalla, el Cielo contra el Infierno, sólo que hay ángeles que no parecen muy angélicos. Siempre me hizo sentir que el Bien y el Mal, el Cielo y el Infierno no estaban claramente definidos. El paisaje es urbano, una ciudad con edificios altísimos como rascacielos brillantes de metal y vidrio y detrás, al fondo, un laberinto de muros negros con siete puertas. El campo de batalla está cubierto de cadáveres, miembros, sangre y vísceras. Es bastante macabro, lo sé, pero me provoca una fascinación enorme. He pasado muchas horas sentada frente a él, mirando, buscando una respuesta a no sé que pregunta, tal vez a mi pasado.

Hechizo de Verano

Lucienne es pelirroja. Su cabello es su mayor belleza. Largo hasta las caderas, ligeramente ondulado. El sol enciende una hoguera como el fuego de los bosques de arces en otoño. Lo lleva recogido en una gruesa trenza. Sus ojos son del color de la avellana y brillan como oro viejo cuando les da la luz.
El verano hacía cantar las chicharras y en lo mas umbrío del bosque había un pequeño estanque iluminado por un rayo de sol que atravesaba las copas apretadas de los árboles. Era como un espejo enmarcado en el musgo de las rocas que lo rodeaban. Solo una pequeña playa de arena oscura se adentraba en sus aguas oscureciendo el fondo.
En las horas de mas calor Lucienne escapaba hasta allí dejando a su maestro sestear después de la comida.
El agua estaba deliciosamente fresca. Se sentía segura en aquel lugar, alejado de cualquier camino, senda o trocha.
Aquella tarde se encaminó entre ensoñaciones a su rincón privado, su paraíso particular. Iba por el camino cantando una cancioncilla inventada, unas palabras que expresaban sus anhelos, anhelos de amor y pasión. Los sonidos del bosque ponían el contrapunto a esta música, la música de su alma en aquella tarde de verano.
Las palabras y los deseos fueron tejiendo una red de hechizos a su alrededor. El bosque oía su necesidad y se apresuraba a complacer aquel deseo que lo estaba perturbando también.

Lejos de aquel umbroso frenesí, un joven noble, desafiando todo consejo y prudencia, desafiando el calor, salió a cabalgar, tal vez a cazar. Su corazón estaba inflamado, encendido de ira y deseo. Deseo por unos ojos crueles que lo tenían hechizado, ira por la traición de un amigo que había hecho suyos esos ojos y a su dueña.
Imogen y Alaric. Alaric e Imogen.
Azuzó a su caballo y se lanzó en una loca carrera cruzando prados, saltando vallas, alejándose de su juvenil orgullo herido.

Una inusitada urgencia le hizo llegar corriendo, pero ni siquiera la carrera robó aliento a las palabras que, naciendo en su corazón y rozando su alma, salían por sus labios.
Qué sabía ella sobre el amor y el deseo? Nada, nada en absoluto. Conocía el sexo en tanto como teoría, sus estudios le habían enseñado la mecánica de la reproducción y las partes implicadas en ella. Conocía la teoría, pero, qué sabía del amor? Su maestro en toda su sabiduría se negaba a explicárselo, aduciendo que solo la experiencia lleva al reconocimiento.
Llegó al estanque con las mejillas encendidas, los ojos brillantes y la boca seca. Por el camino habían ido cayendo una tras otra las cadenas que sujetaban su cuerpo. Desnuda llegaba a aquel lugar mágico para su ignorancia.

Imogen y Alaric. Alaric e Imogen.
El caballo trastabilló y lo sacó de la rueda de pensamientos, ira y deseo, deseo e ira. Imogen y Alaric. Alaric e Imogen. Disminuyó el galope y se encaminó a las acogedoras sombras del bosque, a su atrayente frescura.
Si no recordaba mal, más adelante, casi en el corazón del bosque había un estanque. Sonrió. El estanque de las náyades. Recordaba, cuando niño, las veces que se había internado en el bosque contraviniendo las órdenes de su padre para permanecer durante horas agazapado cerca del estanque esperando ver a una de las náyades que, se decía, lo habitaban. Aquellos espíritus acuáticos femeninos, de cuerpos desnudos eran reclamo suficiente para afrontar los castigos prometidos por desobedecer. Alaric y él pasaban horas muertas esperando, mirando las luces y brillos en la superficie espejeante. Pero nunca habían visto ningún espíritu, ningún ser fantástico.
Se internó en el bosque, llevando a su caballo de la brida, canturreando inconsciente una cancioncilla que había escuchado a un leñador y que decían que servía para atraer a las náyades que, además de ser famosas por su belleza , lo eran también por el hechizo de su voz.

Secretos Oscuros, Trapos Sucios, Esqueletos en el Armario

-"Joder, Max, nada mas que problemas! Qué demonios tienes tú que ver con el Proyecto Valhalla?"
Recuerdos de días mas felices o al menos menos complicados acuden a su mente. Candice, Susan, Edward, Charlie y Mr. Dutch. Esos días en el Instituto Burroughs ...
Valhalla es una palabra que trae malos recuerdos. Fue el principio del fin.
Sky deja que Max conduzca. Mientras se dirigen a las afueras lo mira de reojo recordando las palabras de Arkham: "Si yo fuera tu, empezaría a vigilar a mis compañeros." "Nunca me cogeréis porque soy uno de los vuestros."
-"No, no puede ser Max, no ..."
Sin embargo, no puede dejar de pensar en ello. Trata de pasar revista a todos sus compañeros. Alguno de ellos será un traidor?
Se lleva la mano a la frente en un gesto de cansancio y al cerrar los ojos, de la oscuridad tras los párpados surgen las imágenes de pesadilla. Unos leves temblores sacuden su cuerpo y trata de contenerlos abrazándose fuertemente, acurrucada en el asiento del copiloto. Se siente impotente. Poca ayudá podrá ofrecerle a Max. Sus palabras han sido solo una bravata. Vuelve el rostro hacia la ventanilla. Tras el cristal sopla la tormenta y las gotas de lluvia en su reflejo camuflan las lágrimas en su rostro.
-"Por favor, necesito mis poderes. Tengo que ayudar a Max" -musita a su vacío interior y a la grisácea luz del exterior.
En un rincón de su mente una voz burlona se ríe de ella: "Pero qué demonios te ha dado ese tío para que quieras arriesgarte por él? Crees que le importas? Vamos, estúpida, va a su bola y te vas a arriesgar por nada. Crees que te lo va a agradecer?"
Lentamente, con precaución, tímidamente intenta poner a prueba sus poderes, tratando de llegar a la mente del hombre que conduce a su lado.

Lo que hago por ... amor?

-"Joder, Max, en que líos te metes?" -se subió la cremallera de la cazadora y se caló el gorro de lana casi hasta los ojos. Se paró un momento en la puerta de la mansión y miró con desánimo el camino que llevaba hasta la verja de la entrada y más allá hasta la ciudad. Con un suspiro se encaminó hacia ASGARD a través de la tormenta. A mitad del camino, se detuvo y maldiciendo dio media vuelta y se encaminó hacia el garaje. Se acercó al pequeño panel donde estaban colgadas las llaves de los vehículos, cogió unas y se subió a uno de los coches para conducir hasta el antiguo edificio del Ayuntamiento.
-"Joder, Max, me agradecerás esto?" Con un suspiro se dio ánimos para entrar al edificio.

Sky, los superhéroes también lloran

-"Señor Dios, si estás ahí, si me oyes, ayúdame!" En su cama, en su habitación, en la casa del señor Martínez, rodeada de ... -"Señor Dios, Madre Diosa. Quienquieraquesteahifuera, ayúdame, por favor!"
La noche fue un continuo trajín desde la enfermería al resto de las habitaciones. La casa, ya de por si tranquila, estaba terriblemente silenciosa.
-"Se han ido todos. Me pregunto para qué necesitan ir todos juntos. Arkham tiene razón, somos unos tristes." Cierra fuertemente los ojos pero no puede contener las lágrimas-. "Qué es lo que me ha hecho?"
Un estremecimiento recorre su cuerpo al recordar las escenas que invadieron su mente cuando tocó a aquel niño. Los estremecimientos se convierten en temblores, los temblores en convulsiones.
-"Dios, tiene que parar! Tiene que parar"

SANTIAGO (DE COMPOSTELA) NOCTURNO - CRISTINA SUEÑA

Cristina está dormida. Intranquila se revuelve en su lecho, los fantasmas de las pesadillas acosan su sueño. Súbitamente se despierta. Su mirada recorre los familiares rincones de su habitación. El reloj marca medianoche. Sus ojos se posan en el lecho vacío con la sensación de que algo no encaja. Se levanta de la cama y baja las escaleras a la cocina. Ha luz en el salón. Con curiosidad, se acerca a la sala y contempla sorprendida la escena. Martín, Ekain y otro hombre están allí, de pie. El rostro de Cristina se ilumina al ver a Martín y a Ekain. Una parte de su mente registra la presencia del visitante. Es un hombre alto y delgado, de cabello oscuro, vestido totalmente de negro. Una molesta sensación en su cerebro parece querer avisarle de algo, pero se siente tan feliz por el regreso de las dos personas que mas quiere en este mundo ("las dos personas que mas quiere en este mundo?"), que hace caso omiso. Con gran alegría se dispone a entrar en la sala, abriendo sus brazos para acercarse en una carrera hasta Ekain, mientras su pecho se expande al tomar aire para lanzar una exclamación.
Al entrar en la habitación, las luces cambian y la escena se le presenta desde otro ángulo diferente, Ekain y el extraño parecen estar a punto de saltar unos sobre el otro y Martín se encuentra entre ambos con los brazos extendidos como mediador y muro de contención de la rabia de los dos poderosos vástagos.
Su entrada cambia la iluminación y desequilibra la balanza. Martín se vuelve hacia la puerta y sus ojos muestran sorpresa y miedo. Extiende hacia ella el brazo con el que parecía estar deteniendo al visitante y, como si aquella mano que no llegaba ni tan solo a rozarlo, hubiera estado conteniendo toda su furia y violencia, se abalanza sobre Ekain y de un feroz zarpazo le arranca la cabeza.
Desde la puerta observa horrorizada como la cabeza de Ekain sale volando hacia la chimenea y cae al fuego, mientras el cuerpo lentamente se desploma en el suelo. Martín, que parece moverse a cámara lenta, se vuelve hacia el visitante, pero es demasiado lento. La veloz criatura, ahora transformada en un torbellino de color verdoso en el que resplandecen dos ojos como las llamas del infierno, desgarra el cuerpo de Martín, esparciendo su sangre por la habitación.
Entonces la escena comienza a volverse irreal. Como espíritus atravesando las paredes aparecen Norma y Leo blandiendo espadas, pero el temible torbellino los atrapa y los lanza contra las paredes tiñendo la habitación de rojo.
Aparece Esteban atravesando uno de los ventanales y trata de enfrentarse a la niebla mortal que le envuelve, pero sus manos no logran asirla y unas terribles garras salen de la nada para rasgarlo como a una hoja de papel. El torbellino sigue girando y los ojos ... siente los ojos demoníacos clavados en ella. Se acerca lentamente mientras a su paso, la sangre se levanta y se une a la danzante niebla tiñéndola de rojo.
Desesperadamente intenta moverse pero está paralizada por el terror y una voluntad cruel y poderosa. Ahora está en el centro del huracán y junto con los ojos va tomando forma el cuerpo del visitante que sonríe perversamente mostrando unos enormes colmillos.
El maléfico ser se detiene a pocos centímetros de ella, levanta una de sus garras y de un tirón le arranca el fino camisón dejándola desnuda e indefensa sin poder apartar sus ojos de los pozos de llamas que brillan en el rostro del visitante.
La sangre que ha recogido el torbellino flota sobre su cabeza y a una señal del monstruo cae sobre ella, bañándola por completo. Ella abre la boca para gritar pero no consigue emitir ningún sonido y el visitante acercándose mas aún comienza a lamer la sangre que embadurna su cuerpo. Siente su lengua áspera y fría sobre su piel, deslizándose por su hombros hasta su pecho, bajando hacía su vientre. Cierra los ojos y unas ardientes lágrimas descienden por sus mejillas como única respuesta. Puede sentir la sangre como algo vivo y viscoso que rodea su cuerpo en un abrazo y se mueve reptante metiéndose por su boca y su nariz, ahogándola.
Se está ahogando, no puede respirar, no puede gritar, no puede moverse. Está muriendo y sobre la piel, bajo la oscuridad, su cuerpo arde con la sangre de sus amigos.
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Cristina se revuelve inquieta en la cama, su respiración es entrecortada, su cuerpo cubierto de sudor y la temperatura peligrosamente alta. Inconsciente, boquea como si le faltara el aire, su pulso es rápido e irregular ...

ALKALID, LA HISTORIA

Me llamo Alkalid . Mis padres formaban parte de una flotilla pirata. Siempre estaban viajando, así que cuando decidieron tener hijos mi madre se instaló en una megaurbanización para criarnos más tranquilamente. Mi madre es centroeuropea y mi padre es argelino. De todos los hijos que han tenido sólo yo he heredado los ojos y la piel de mi madre. Mis ojos grises y mi piel blanca me daban un aspecto descolorido entre mis hermanos. Mi padre solía llamarme en broma "nualdir"

Nualdir significa "fuego blanco". Es el nombre de una flor exótica, de color blanco, brilla como si tuviera un fuego interior. No sé por qué, pero es muy atractiva para aves pequeñas e insectos, también es muy venenosa.

Hace ya algún tiempo se puso de moda esta flor, que solo crece en el desierto. Se creó genéticamente una versión inocua, pero junto con el veneno, la flor perdió parte de su brillo y belleza. La variedad salvaje se llama nualdir, la variedad modificada se llama nualdib. La pronunciación es muy similar y sólo alguien que conozca el idioma podría hacer la distinción. Las sílabas -dir y -dib hacen referencia al fuego, pero -dib hace referencia a la luz y al brillo y -dir al calor y al ardor. Dicen que la muerte por envenenamiento con nualdir es como si un millón de soles ardieran en tu interior.

Tengo siete hermanos. Aleata que es la mayor, tiene 37 años y me adora, tal vez porque yo llevo el tipo de vida que a ella le hubiera gustado.

Armika, otra hermana, tiene 32 años, no le gusto. Está casada, tiene cuatro hijos (Gorca, Morca, Borca y Zorca). Piensa que la mía no es una buena vida para una mujer.

Astrid, otra hermana, tiene 30 años, dos críos (Alicia y Amán) el padre de Alicia murió antes de que naciera y el de Amán ni se sabe. Los tres viven con mis padres. No le gusto, supongo que me envidia por mi "libertad", aunque creo que aún está resentida por aquella vez cuando yo tenía 2 años y le quité el novio.

Areika tiene 27 años y me odia. Cuando éramos pequeñas explotó un artefacto en la zona donde solíamos jugar. Areika perdió una pierna y un ojo. El tecnomédico que la atendió hizo una verdadera chapuza. A mi no me pasó nada, y creo que me culpa de su desgracia.

Albian es uno de mis hermanos trillizos. No le gusto demasiado,pero no sé por qué.

Aldeir es el otro trillizo, nos llevamos muy bien.

Alina es la pequeña. Se lleva muy bien con Areika y por tanto me odia. Tiene 15 años.

La infancia fue una época estupenda. Aldeir, Albian y yo siempre íbamos juntos. A pesar de que teníamos la misma edad Albian se empeñaba en ser mi protector. Aldeir iba un poco mas a su aire, pero le encantaba implicarme en todas las travesuras que se le ocurrían, que no eran pocas. De todos los embrollos se encargaba de sacarme Albian. Cuando cumplimos 11 años, mi madre se volvió a trasladar al cayo donde fondeaba la flotilla, dispuesta a dar por terminada su faceta de fábrica de niños. evidentemente, la llegada de Alina no estaba planeada. la pobre, a pesar de ser la pequeña es la que menos atención materna ha recibido. prácticamente ha sido Areika la que la ha criado.

Albian, Aldeir y yo acabamos recibiendo entrenamiento de mercenario. En realidad, no estaba previsto que yo lo recibiera, pero, en vista que no me separaba de mis hermanos y que a pesar de todo Aldeir me enseñaba lo que él aprendía, decidieron admitirme en las "clases". Albian no estaba muy conforme. para él yo tenía que permanecer en el papel de damisela en apuros y ser protegida y rescatada por él. No veía con muy buenos ojos que su princesa enarbolara un arma con la misma facilidad que él.

Mis hermanos eran muy buenos, pero yo aprendí rápido. Aldeir estaba encantado, pero Albian se mostraba huraño ante mis progresos y en su afán por ser el mejor entorpecía el trabajo en equipo. Por eso, cuando terminamos nuestro aprendizaje decidimos separarnos. A los pocos meses, Aldeir y yo coincidimos en un grupo de mercenarios. Ibamos a divertirnos a la zona de combate con nuestros compañeros de trabajo, algunos conocían un lugar donde se preparaban peleas. En el sorteo nos tocó otro grupo de mercenarios y nos encontramos peleando contra Albian. Tratamos de evitar por todos los medios una confrontación directa con nuestro hermano, pero al final, solo quedamos los tres. Tratamos de hablar con él, llegar a un acuerdo, pero no quiso escucharnos. Le ofrecimos la victoria sin pelea y eso le puso mas furioso aún. Estuvo a punto de matarme, pero Aldeir se interpuso entre nosotros y resultó herido. Sólo quedábamos de pie Albian y Yo, deliberadamente le di la espalda, recogí a Aldeir y salí de la arena.

Aldeir estuvo a punto de morir, perdió una pierna y tuvo que estar retirado durante una larga, larga temporada hasta que se acostumbró a su ciberpierna. Sin embargo, no le guarda rencor a Albian. Pero yo le odio, le odio con toda mi alma por lo que nos hizo.

La hospitalización de Aldeir, la ciberpierna, los tecnomédicos y la posterior rehabilitación me costaron una fortuna y parte de otra. El trabajo de mercenario es bastante incierto y nosotros no habíamos ahorrado mucho, por lo que no podíamos sobrevivir con lo que teníamos. Además, no quería separarme de Aldeir por mucho tiempo, así que, sin que Aldeir se enterara me uní a un grupo de gladiadores y comencé a ganarme la vida en la "arena".

La Arena es una mezcla de deporte y espectáculo, aunque bastante peligroso. Tienes que ser muy bueno para sobrevivir y estar muy desesperado para entrar voluntariamente. Muchos gladiadores son desgraciados endeudados hasta las cejas. Los juegos están subvencionados por una o varias corporaciones. Se realizan fuertes apuestas, es un negocio que mueve grandes cantidades de dinero. Las peleas son bastante reales, pero también son espectáculo, por eso la mayoría están amañadas y arregladas a lo que el público quiere ver. Si eres bueno y el público te quiere, puede que te libres durante una temporada de heridas graves e incluso de la muerte. Pero cuando tu estrella empieza a caer, estás acabado.

Yo estuve arriba una buena temporada. Mis agallas implantadas le dieron una nueva idea al organizador y decidió presentar un nuevo tipo de diversión, pelearía con cibertiburones en un tanque enorme lleno de agua con las paredes transparentes. Me hizo tatuar casi todo el cuerpo con un holotatuaje imitando escamas iridiscentes. Tuve mucho éxito. Incluso recibí propuestas de matrimonio. Mi nuevo papel de protagonista en el espectáculo me hizo adoptar una nueva actitud. Pronto me gané los calificativos de "arrogante, orgullosa y fría". Eran un disfraz, pero acabaron formando parte de mi como una tercera piel.

JUSTINE BROOKS

Me llamo Justine Brooks. Nací en la ciudad de Nueva York en el año 1897. Mi padre era un conocido empresario y miembro de la alta sociedad neoyorkina. A mi madre no la conocí. Quizá por esa razón mi padre me lo consintió todo. Estudié en los mejores colegios del mundo y cuando terminé mis estudios ocupé el lugar de mi madre junto a mi padre. Me convertí en la anfitriona perfecta, en su insustituible secretaria. Yo cuidaba de él y me divertía hacerlo. Viajábamos bastante a menudo. Me encargaba de los preparativos y de que todo estuviera siempre dispuesto.

Adoraba a mi padre, si bien nunca permití que ese amor obstaculizara mi camino hacia las cosas que deseaba.

Aprendí algo de mi padre, en los negocios y en la política, todo vale, como en el amor y en la guerra.

Mi padre estaba orgulloso de mi y le gustaba mostrar a sus amigos lo inteligente y guapa que era su hijita.

Casi siempre estaba rodeada por hombres mayores que yo y pronto me di cuenta de la fascinación que provocaba en ellos y aprendí la mejor forma de utilizar mis encantos para beneficio propio. Siempre conseguía lo que quería, con zalamerías, ruegos o amenazas, siempre me salía con la mía. Atraía a los hombres y despertaba en las mujeres cierto instinto maternal que yo alentaba mostrando mi lado dramático como huerfanita.

Nunca nadie se me resistió. En las fiestas era el centro de atención. Me encantaba que todos se fijaran en mi. Mi ansia de diversión me llevó a probarlo todo, alcohol, drogas, sexo, pero siempre manteniendo cierto control. Odio perder el control.

Fueron unos años estupendos.

En la fiesta de mi vigésimo tercer cumpleaños conocí a un hombre muy interesante. Casi me doblaba la edad y mi padre no veía con buenos ojos aquella relación, pero para entonces yo ya estaba acostumbrada a salirme con la mía. Cada vez que discutíamos sobre el tema yo amenazaba con marcharme de casa y entonces mi padre cedía.

Jacob Teufel era un hombre sumamente atractivo. Alto, cabello oscuro, ojos negros, una perilla pulcramente recortada. Tenía unos modales exquisitos y un suave acento que lo hacía mas interesante aún. Cuando nos presentaron creí que era una broma, Teufel en alemán significa "demonio", y me dejó muy intrigada. Utilicé todas mis argucias para seducirle y aquello pareció divertirle y me siguió el juego. Le divertía verme manejar a mi antojo a los que me rodeaban, ya fueran jóvenes o viejo, hombres o mujeres. Me enseñó algunos trucos, a descubrir las debilidades y secretos de los demás y a utilizarlos luego para conseguir lo que quería sin perder su confianza en mi.

En mis recuerdos guardo memoria de dos ocasiones importantes en mi vida.

La primera fue aquella en la que decidí poner en práctica todas sus enseñanzas, aliñadas con mis encantos, para seducirlo. Al principio me siguió el juego, pero en el momento decisivo su expresión cambió.

- Qué pretendes de mi, niña? No me tomes por uno de esos mequetrefes a los que puedes manejar a tu antojo. Recuerda que todo eso te lo he enseñado yo.

- Pero, Jacob, no sé de que me hablas. Pretendía que pasáramos una noche muy agradable.

Me miró fijamente y yo puse mi expresión mas inocente. De repente, soltó una carcajada.

- Eres buena, muy buena, pero conmigo no te valdrá. Qué es lo que quieres?

Entonces, no sé por qué, dejé de actuar. Sus ojos negros me miraban fijamente, y yo me sentí, por primera vez en mi vida, indefensa.

- Quiero poder -me sorprendí a mi misma, pero después de unos instantes de meditarlo me di cuenta que eso era lo que realmente quería. Toda mi vida estaba basada en el poder, la dominación que ejercía sobre los demás, y quería mas, mucho mas-. Pero también quiero divertirme, probar cosas nuevas. Odio aburrirme.

- Y yo? Ya te aburro? -preguntó.

- Oh, no! -me apresuré a contestar. Y tras pensarlo unos instantes añadí-, todavía no.

Soltó una carcajada y me miró divertido. Lo rodeé con mis brazos y me apreté fuertemente a él.

- No me dejes, por favor.

Suavemente, me apartó de él, tomó mi rostro entre sus manos y mirándome fijamente susurró:

- Eres tan joven ... -se apartó de mi y añadió-, y no sabes nada sobre mi.

- Sé todo o que necesito saber, lo demás lo aprenderé -contesté con vehemencia.

Se volvió hacia mi, me miró dubitativo durante unos instantes y por fin añadió:

- Si, tal vez, podría ser.

Aquella noche fue la primera de mi nueva vida.

Unos años después, durante la Gran Depresión, mi padre perdió en poco tiempo su gran fortuna y acabó como la mayoría de los que se arruinaron en aquellos días. Se suicidó. En una carta que me dejó decía que a pesar de su reticencia sobre mis relaciones con el señor Teufel, estaba seguro que él cuidaría de mi. Ya nada me unía a Sol, estaba sola. Bueno, sola no, tenía a Jacob y mientras estuve con él, la vida fue maravillosa.

La otra noche que guardo en mi memoria fue aquella en que lo perdí. Ocurrió durante una disputa por el principado de la ciudad. Nos vimos sorprendidos por un grupo de Vástagos de una de las facciones. De nada servía que fuéramos extranjeros o que quisiéramos mantenernos neutrales. No había facción neutra. Logramos huir de ellos y sacarles algo de ventaja y Jacob aprovechó para ponerme a salvo.

- Si algo me ocurriera, vuelve a Nueva York. Busca a mis amigos, ellos te ayudarán -me empujó dentro de un oscuro agujero y luego lo cubrió-. No hagas ningún ruido y no salgas. Si no vuelvo esta noche espera hasta pasado mañana y lárgate.

Esa fui la última vez que le vi. Permanecí en aquel agujero dos noches, negándome a aceptar lo evidente. Quería creer que en cualquier momento regresaría a por mi. No recuerdo dónde estaba el escondrijo, pero estaba lleno de arañas que corrían por todo mi cuerpo. Apenas me atrevía a moverme. Aún hoy. algunas veces sufre pesadillas y me despierto con la sensación de sus diminutas patitas corriendo sobre mi piel.

Cuando llegué a Nueva York, me puse en contacto con algunas personas que le debían favores a Jacob y me enteré que, tiempo atrás, lo había dejado todo arreglado para que, en el caso de que algo le ocurriera, no me faltara de nada.

A pesar de ser bastante sociable, estaba acostumbrada a tener alguien conmigo, no me acostumbraba a vivir sola. Decidí que, puesto que los animales de compañía me estaban vedados, tendría otro tipo de compañía. Empecé a dejarme ver con mis "mascotas", mortales a los que tenía completamente subyugados. No era lo mismo que tener a Jacob, pero me hacían compañía y me divertían. Les tomaba cariño de verdad.

Mi actual mascota se llama Elisabeth, trabaja en la Bolsa. Recientemente he descubierto que somos parientes por parte de mi madre. Yo la llamo Libby. Somos buenas amigas. Desde la desaparición de Jacob no había sentido un cariño así por nadie. Confía ciegamente en mi y yo ... bueno, yo no me atrevo a confiar demasiado en nadie. Nos divertimos juntas y si no fuera porque conozco sus gustos diría que está enamorada de mi. Se preocupa por mi. Siempre está presentándome chicos guapísimos. Con Libby no he utilizado ningún poder para dominarla o subyugarla, me quiere por voluntad propia y eso es mucho mas agradable.

He procurado mantener los contactos y amistades de Jacob. Al principio no me tomaban demasiado en serio, pero pronto me gané su respeto y dejé de ser "la niña de Teufel". Los Vástagos no son tan fáciles de manipular como los mortales, pero me defiendo bastante bien entre ellos.