A Jareth
Te amo.
No por tus castillos de cristal,
ni por los valses detenidos en la eternidad,
ni siquiera por tu sonrisa que hiere y embriaga.
Te amo porque existes.
Porque sin ti no habría máscaras que me reten,
ni espejos donde perderme,
ni sueños con los que probar mi fuerza.
Eres tentación y trampa,
pero también faro y guardián.
Eres la sombra que da relieve a mi luz,
el abismo que hace que mis pasos tengan sentido.
Yo puedo entrar y salir.
Soñar y despertar.
Recordar y seguir adelante.
Tú no.
Tú estás encadenado a tu propio Ensueño.
Y por eso te amo todavía más:
porque cargas con ese reino para que yo pueda visitarlo.
Porque existes para que yo pueda soñar.
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