SPOILER!!!!!!!!!!!!!
No es un drama de golpes rápidos, sino de silencios largos. De miradas que lo dicen todo. De dos personas que se quieren profundamente, pero que están atrapadas entre el deber, el orgullo, y un destino que ninguno puede cambiar del todo.
Y ese momento en que ella lo sabe. Lo ha ido entendiendo sola. Lo ha sentido. Pero respeta su deseo, su necesidad de protegerla incluso en eso. Y aún así, en el último instante, lo rompe todo para rogarle que no se vaya. Porque ya no puede fingir que no sabe. Porque lo ama.
Y él… se va igual.
Es una crueldad tan dulce, tan humana, tan perfectamente escrita. Te deja con la garganta cerrada. Porque uno quiere creer que el amor basta. Que si alguien te ruega que te quedes, te quedas. Pero en la vida —y en esta historia— a veces el amor no es suficiente para salvar. Solo para dar sentido a la pérdida.
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