viernes, 27 de enero de 2012

Ayesha D'Alcione

Me llamo Ayesha, mi madre era la hija de un noble veneciano. Fue entregada en matrimonio a un noble siciliano, Roger Guscardo, pero cuando se dirigía a su nuevo hogar fueron asaltados por piratas genoveses y mi madre fue vendida como esclava. Debido a su gran belleza, entró a formar parte del harén del visir Sokullu Mehmet Pacháen la ciudad de Amida. Cuando yo nací mi madre se juró que mi destino sería distinto al suyo. Viví con ella hasta los diez años, a partir de los cuales, las niñas eran separadas de sus madres y educadas como esclavas. Confió mi vida y bienestar a un mercader árabe que se limitó a coger el dinero y a hacer de mi su criada. Cuando cumplí los trece años intentó violarme, pero en un golpe de suerte le maté y huí.
Me disfracé de muchacho para no llamar la atención y me uní a una panda de golfillos y ladrones de la ciudad de Kayseri. Parte de los beneficios que obteníamos de nuestras rapiñas iban a parar a las manos del jefe de la guardia, para comprar su protección. Después de algún tiempo, su avaricia creció hasta el punto que no ganábamos suficiente para pagarle, así que hizo una redada en la zona y acabó con la mayoría de mis compañeros. Los supervivientes huimos de la ciudad, pero fuimos capturados por un grupo de bandoleros, asaltadores de caravanas.
La banda prosperó de forma increíble a partir de nuestra llegada y se nos consideraba como una especie de amuletos de buena suerte. Los trabajos de la banda fueron cambiando de entorno y al final acabamos siendo una organización criminal bastante respetada.
En una de nuestras excursiones descubrí al jefe de la guardia. Lo habían expulsado del cuerpo y aproveché para matarlo. Mi habilidad llamó la atención del jefe de asesinos de la banda y me tomó a su cargo para instruirme. Era un tipo extraño, solo salí de noche, pero era muy respetado y temido. Se decía que había trabajado para reyes y príncipes, pero que había caído en desgracia y ahora se escondía de sus enemigos, que por lo visto eran muchos.
Mas tarde se descubrió a sí mismo como uno de los hijos de Haqim y me ofreció el Don de la Noche que yo acepté. Mi Sire y mentor solía llamarme Hamema (paloma) por mi aspecto pálido y engañosamente dulce.
Después del Abrazo viajé a Efeso, donde cogí un barco que me llevó a Venecia en busca de la familia de mi madre. Mis abuelos habían muerto, casi todos aquellos que podían recordarla ya no estaban, así que me hice pasar por una nieta de la hermana de mi madre y fuí acogida en la casa familiar. No es que la familia me profesara un gran cariño, pero cuando comencé a recibir los atentos favores de varios ricos comerciantes y nobles, mis queridos parientes vieron el beneficio que les reportaría como novia a mi nobilisima pero arruinada familia. Así es como me casé con Domiciano D'Alcione, un próspero y anciano mercader sin familia.
Era fácil de dominar, y para disgusto de mis parientes y regocijo de mu nuevo esposo comencé a ser el tema de conversación de la ciudad. Pronto aprendía a encargarme personalmente de los negocios de mi marido.
Mi hogar en Venecia era la Ca' Grande (Casa Grande), en el Gran Canal o Canalazzo.
Mi vida mejoró notablemente desde mi llegada a Venecia. Me acostumbré al lujo y a que se cumplieran todos mis caprichos. Encontré a Tebib el Eddam como esclavo en uno de los barcos de mi marido. Lo tomé a mi cargo y le di la libertad y algo mas, pero él decidió quedarse a mi servicio.
Mi carácter caprichoso y egoísta era una especie de atractivo mas sobre mi persona, una especie de propiedad inherentemente femenina. La niña que había padecido tantas penalidades exigía una compensación. Con un cerebro mas que apto para los negocios y una belleza admirada por la mayoría me convertí, a pesar de ser mujer, en una persona importante dentro de la sociedad veneciana. Nunca me preocupé de nadie excepto de mi misma hasta que ...

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